Comunidad de Hartfor- Day care
Cuándo creo que los voy a sorprender, ellos logran enteramente sorprenderme a mí.
Son tres años de esta nueva experiencia, nueva en país, idioma, apostolado y comunidad de dos...no fueron fáciles estos primeros meses...confieso que viví gran tristeza, soledad y descontento, sólo el sol de sus sonrisas al llegar al day care me fueron mostrando que Dios me quería ahí... justo en ese instante y en ese lugar... que al brindarles por casi diez horas, afecto y cuidado, ya estaba aportado a seis mundos, que por siempre lo agradecerían.
Hoy lo entiendo totalmente, amo lo que hago y aunque algunas cosas no me gusten, buscó amarlas puesto que más me acercan a lo eterno.
No se realiza nada fuero de lo normal, es un pequeño Nazareth:
Oración de la mañana, Salir a preparar el desayuno, pensar de nuevo que hacer para el almuerzo... Recibir los niños y cuidarlos por 10 horas, lidiando con todo lo que un niño de menos de tres años necesita. Y al quedar sólo el salón de trabajo como a las 5:00...regresar al Sagrario.
El apoyo en la parroquia con catequesis y liturgia los fines de semana... esto es Nazareth, en estados unidos, nada fuera de lo común, pero un gran desafío para el alma que busca dejar huella y aprender a ser como ellos, niños de Dios.
Unidas en oración
Hermana Andrea Gil.
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